Memoria 2022

-43- Debería citar uno de los primeros Hospitales y referentes de la arquitectura, el Hospital diseñado por Le Corbusier en Venecia, donde una malla crea un entramado de calles y espacios, como una pequeña ciudad que es imbrica con el tejido urbano de Venecia. Este edificio, considerado como su testamento arquitectónico, constituye uno de los mejores ejemplos de cómo un programa tan complejo no tiene porque ser ajeno al lugar en el que se encuentra. La evolución y el desarrollo de este Hospital, que por desgracia no se construyó por la defunción de Le Corbusier , se apoyó en las mallas bidireccionales que se desarrollaran en el hospital sistémico y que en la actualidad han evolucionado haciendo el edificio nuevo más amable con la incorporación de patios y de la luz en el Hospital. Otro punto interesante ha sido la jerarquización de las circulaciones y los flujos, diferenciando los grandes flujos de usuarios internos y externos incorporando la idea de la privacidad en el paciente tan olvidado en los hospitales sistémicos, donde lo importante era la malla no jerarquizada y minimizar la distancia punto a punto, sin distinguir la especialización. No es el sistema el que cura si no la excelencia y la calidad profesional y ambiental, el ambiente también colabora en la recuperación del paciente, como ya se ha demostrado en los estudios de “evidence design”. El tamaño en la Arquitectura Sanitaria siempre es XXL, un hospital incluso, aquel considerado por el sector sanitario cómo el más pequeño de ámbito local, puede ser considerado como un proyecto urbano que desde el inicio debe abordarse desde la escala del territorio. Actualmente, componen el salto CUANTICO del que habla el arquitecto holandés Rem Koolhaas cuando se refiere a la gran escala de los nuevos edificios de ámbito metropolitano destinado a grandes multitudes. Esa gran escala pertenece a un campo de la arquitectura totalmente diferente que requiere, por lo tanto, estrategias específicas y nuevas en la consideración del concepto “espacio” que nos permitirá crearlo. Y por ende los espacios también debemos volver a la escala domestica, este tamaño tan olvidado de la escala humana de la arquitectura. La manera como hacemos la transición entre el exterior y el interior siempre importante y no siempre bien resuelto. La transición entre el corredor, espacios públicos y la habitación del paciente, espacio domestico, será el espacio de cada uno de estos elementos el que ayudará a este cambio de escala, del espacio público al privado, de rapidez a la recuperación y a la espera concreta muy relativa en un hospital. Pero estos espacios circulatorios que organizan los diferentes espacios del edificio, también deben ser diseñados sin perder las referencias externas de la luz y la vegetación, siempre simplificando las complejidades con la idea de hacer circulaciones claras que evitan la desorientación del usuario no habitual y creando espacios de encuentro en estos corredores, no solo de flujo de movimientos, si no de encuentro e intercambio de conocimientos, punto muy importante en estos edificios. Las circulaciones, como elementos estructurales del edificio, deben calificarse y quizás convertirse en galerías, galerías como el aula de los estudiantes, o como elementos que permiten una complejidad en las relaciones sociales y laborales infinitamente mayor, generándose un corazón de actividad no prevista en ningún programa funcional básico para el funcionamiento de un hospital que la arquitectura puede y debe explotar.

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